
María Elena, México

Solía jugar mucho futbol y correr, aunque a veces tenía muchos quehaceres en casa. En el verano del 2011, contaba con 32 años, ese estreñimiento y la sensación de no haber evacuado bien fue el preámbulo del tornado que cambiaría la manera de ver mi vida, lo primero que pensé era en colitis y hemorroides, se me empezó a inflamar el estómago.
Para el 2012 me encontraba corriendo y sentí un dolor fuerte en el vientre y después una hemorragia, ya en el chequeo médico, el doctor descartó las hemorroides y me aconsejó realizarme una colonoscopia, la cual me realicé con un resultado horroroso: un tumor en el recto.
Esto fue en mayo y para junio empecé con 28 radiaciones y 10 quimioterapias, las cuales me quemaron la piel en zonas de la pelvis.
Para octubre del mismo año, me realizaron la primera intervención quirúrgica para retirar las células cancerosas muertas.
A los 8 días, entré de emergencia a la tercera cirugía por necrosis intestinal, detectándome una bacteria, la cual me mantuvo hospitalizada dos meses.
A finales del mes de noviembre, regresé a casa muy baja de peso y con mucho cansancio, ostomizada y con una fistula mucosa, para que en dos meses más regresara a 25 quimioterapias. Después de esto se me desarrolló, por causa de las quimioterapias, la esclerosis sistémica difusa.
Ocho años más tarde en el 2020, me sometí a una cuarta operación para una remodelación de estómago, la cual se complica por la esclerosis y me causa cansancio crónico, dolor de articulaciones, dolor de cabeza y pérdida de fuerza.
Esta enfermedad me cambió la manera de ver y vivir mi vida, me hizo más resiliente y, aunque hay cosas que ya no puedo hacer como antes, no me rindo y busco la manera de hacerlas, el apoyo de mi familia, conocidos y FUTEJE, me ha sacado adelante y todavía quisiera terminar mis estudios y hacer mucho deporte, yo diría que esta enfermedad me ha dado mucha fortaleza y más ganas de VIVIR MI VIDA.
-María Elena